Navegar, navegar y explorar
Navegar, siempre navegar. Navegar explorando, observando, contemplando. Con la atención en lo inmediato, en lo cercano, pero sin desviar la mirada del horizonte.
Navegar sobre las soledades, sobre los temores, navegar sobre las opiniones y las perspectivas, navegar sobre los latidos de la ausencia y sobre los rumores del azar.
Afrontar los vientos, resistir su azote con la energía que infunde un futuro intuido, un futuro anhelado, un futuro por el que merece la pena luchar.
Navegar siempre, navegar hacia el dulce encuentro de los amaneceres, agradeciendo la brisa que regala la compañía.
Navegar abarcando, incluyendo, incorporando, integrando.
En muchos momentos madrugará el Sol y los aromas de su luz colmarán de fragancia el viaje y nos revelarán los enigmas del destino.